27 de agosto de 2010

La naturaleza de la luz


"El estudio de la luz ha derivado en logros de la intuición, la imaginación y el ingenio que no tienen parangón en ningún campo de la actividad mental; también ilustra mejor que ninguna otra rama de la física las vicisitudes de las teorías."

Sir J. J. Thomson, 1925.

11 de agosto de 2010

¡Todos los días!

No es lo que hacemos una vez con todo nuestro corazón, o con nuestra última onza de fuerza lo que más vale...
Las cosas que estamos haciendo todos los días, nos guste o no nos guste, son las que realmente valen más.

"Todos los días" es el camino de la perfección. Todo el que puede hacer algo bien, lo debe a sus esfuerzos de todos los días.

Los jóvenes no se dan cuenta del tremendo poder acumulativo que hay en el tiempo. Digamos que usted tiene treinta años: cuando tenga cuarente, ¡qué no habrá podido hacer si sólo dedicara todos los días una cierta cantidad de tiempo a un objeto determinado, a un plan constructivo!

Casi todo el mundo desperdicia suficientes horas en diez años para obtener el grado de doctor en cualquier universidad. En diez años usted puede ser una autoridad en botánica o en química, literatura o historia, según sea su ambición, si sólo le es fiel a ella todos los dias.

"¡Todos los días!"... El Universo está hecho con la suma de labor diaria. El sol sale todos los días; su corazón late y sus pulmones se llenan y se vacían con tanta regularidad como los movimientos de un reloj. La marcha del mundo y el progreso del hombre son la acumulación del trabajo de todos los días.

En el carácter, "todos los días" quiere decir más que en otras cosas. El hombre más honrado es el hombre que es honrado "todos los días"; la mujer más virtuosa es la que detrás de su presente virtud tiene una vida llena de pensamientos y actos virtuosos de "todos los días"; el alma más tranquila y más segura en una crisis es la que "todos los días" ha practicado la confianza en sí misma.

No hay fuerza más grande en un hombre que el poder acumulado de lo que está haciendo "todos los días".

9 de agosto de 2010

El melón, fruta de verano

Aún con dudas sobre su origen, lo cierto es que el melón se ha cultivado desde la antigüedad. Ya aparece junto a otras frutas en el cuerno de la abundancia encontrado en Alejandría, el primer siglo después de Cristo. También se han hallado algunas pinturas murales en tumbas egipcias en las que se demuestra que se cultiva en tiempos de los últimos faraones. Los romanos también sembraban y comían melones, que entonces eran pequeños. No hay que extrañarse, por tanto, al leer que el emperador Claudio Albino se tomaba diez para desayunar.

Los Omagua cultivaron melones en diversas regiones españolas durante la Edad Media. Así, Alonso Chirino -físico del rey Juan II de Castilla-, que escribió en 1506 "El menor daño de la medicina", cita en sus páginas al melón. Aconseja comerlo como postre en el almuerzo y recomienda utililizar sus semillas para curar afecciones pectorales y el mal de piedra.

Desde el punto de vista gastronómico, el melón ha sido utilizado para apagar la sed en zonas áridas, lo que hizo famosos a los de Villaconejos, Añover de Tajo y Titulcia, en España, donde se producen unos frutos voluminososo y, con suerte, muy sabrosos.

6 de agosto de 2010

Hazlo bien

Puede ser que sea necesario gastar cinco minutos más, que haya llegado la hora de cerrar y que vivas muy lejos; es posible que creas que cosas más importantes te están obligando a correr; puede ser que sea más fácil (y más vergonzoso también) hacerlo malhecho. Pero... tómate todo el tiempo necesario para que quede bien.

Una cosa que se ha hecho bien, se ha hecho para siempre.

Es económico, por lo tanto, hacerla bien. Requeriría hoy más tiempo, tal vez; pero menos molestias mañana.

Por propia estimación debe pensarse que todo aquello que vale la pena hacer, vale la pena hacerlo bien.

Invito a ustedes a probar...

1. No esperar a que otros se le acerquen; acérquese usted primero a los demás.

2. Admitir siempre en los demás la posibilidad de que sean algo más listos que usted.

3. Nunca confesar a alguien, mucho menos a sí mismo, que usted ya se ha dado por vencido.

4. Mantener en secreto sus dificultades. A nadie le gustan las personas que siempre se están quejando.

5. Hacerse de amigos. Pero, recordando que aun los mejores amigos se gastan si usted los utiliza demasiado.

6. Ser honrado hasta el punto de parecer escrupuloso, y tendrá muy pocas oportunidades de quejarse de la falta de honradez de los demás.

7. Aceptar consejos. Pero, en definitiva, ser usted mismo el que tome sus propias decisiones.

8. No adular. El mundo respeta al hombre que sabe erguirse ante los demás y mirarlos frente a frente.