11 de agosto de 2010

¡Todos los días!

No es lo que hacemos una vez con todo nuestro corazón, o con nuestra última onza de fuerza lo que más vale...
Las cosas que estamos haciendo todos los días, nos guste o no nos guste, son las que realmente valen más.

"Todos los días" es el camino de la perfección. Todo el que puede hacer algo bien, lo debe a sus esfuerzos de todos los días.

Los jóvenes no se dan cuenta del tremendo poder acumulativo que hay en el tiempo. Digamos que usted tiene treinta años: cuando tenga cuarente, ¡qué no habrá podido hacer si sólo dedicara todos los días una cierta cantidad de tiempo a un objeto determinado, a un plan constructivo!

Casi todo el mundo desperdicia suficientes horas en diez años para obtener el grado de doctor en cualquier universidad. En diez años usted puede ser una autoridad en botánica o en química, literatura o historia, según sea su ambición, si sólo le es fiel a ella todos los dias.

"¡Todos los días!"... El Universo está hecho con la suma de labor diaria. El sol sale todos los días; su corazón late y sus pulmones se llenan y se vacían con tanta regularidad como los movimientos de un reloj. La marcha del mundo y el progreso del hombre son la acumulación del trabajo de todos los días.

En el carácter, "todos los días" quiere decir más que en otras cosas. El hombre más honrado es el hombre que es honrado "todos los días"; la mujer más virtuosa es la que detrás de su presente virtud tiene una vida llena de pensamientos y actos virtuosos de "todos los días"; el alma más tranquila y más segura en una crisis es la que "todos los días" ha practicado la confianza en sí misma.

No hay fuerza más grande en un hombre que el poder acumulado de lo que está haciendo "todos los días".

No hay comentarios: