Delon demostró que no sólo podía ser un hombre guapo, sexy y con una sonrisa irónica, perfecta para el perfil del personaje, sino que era un actor capaz de sostener en la pantalla una personalidad tan fuerte como la delineada por Highsmith.
En 1999, el director Anthony Mingella, ganador del Oscar con la adaptación de El Paciente Inglés, realizó nuevamentela adaptación de la novela de Highsmith con su título original y desafió el pronóstico de que toda segunda versión corre el peligro de naufragar ante la primera.
La obra de Mingella recibió en 1999 cinco nominaciones al Oscar aunque no obtuvo ninguna estatuilla. El problema real radicó en su incapacidad para elegir un actor que, como Delon, lograra transmitir el laberinto de sensaciones propias de un suplantador.
Mingella eligió en su reparto a cuatro actores jóvenes: Matt Damon reencarnó al jover impostor que recibe el encargo de un acaudalado padre del joven vividor, Dickie Greenleaf, para traer a éste de vuelta a Estados Unidos; Jude Law interpretó al playboy Greenleaf, que seduce con su estilo de vida a Ripley; Gwyneth Paltrow intrepeta a l anovia de Greenleaf y Cate Blanchet a la amiga de Ripley.
El personaje central no pudo ser sostenido por Damon, a pesar de su indudable talento. No pudo "suplantar" el recuerdo de un Alain Delon prodigioso en el papel de psicópata. El impacto cinematográfico de la interpretación original opacó las posibilidades de que resurgiera una nueva gran acgtor de carácter.
Paradójicamente, el acierto actoral estuvo en el personaje suplantado. Las escenas más fuertes las sostienes Jude Law, nominado precisamente al Oscar por su actuación. El joven inglés logra transmitir la ambigüedad erótica, el cinisma vital y la enigmática personalidad que Highsmith plantea como problema sustancial en la relación de envidia-posesión que siente Mr. Ripley. La actriz Gwyneth Paltrow superó ampliamente a Marie Láforet (de la primera versión), al interpretar con sobriedad y elegancia el personaje de la novia que siempre sospechó que Ripley era un asesino embozado.
Otro acierto de la reedición fue la adaptación del guión que realizo Sydney Pollack y la recreación de la italia de los años cincuenta, como paraíso perdido de la burguesía estadounidense en busca de emociones vitales.
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